Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí. El profesor cogió una caja llena de perdigones y los vació dentro del bote. Estos llenaron los espacios vacíos que quedaban entre las pelotas de golf. El profesor volvió a preguntar de nuevo a los estudiantes si el bote estaba lleno, y ellos volvieron a contestar que sí.
Después el profesor cogió una caja con arena y la vació dentro del bote. Por supuesto que la arena llenó todos los espacios vacíos y volvió a preguntar de nuevo si el bote estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes le respondieron con un sí unánime. El profesor, rápidamente añadió dos tazas de café al contenido del bote y efectivamente, llenó todos los espacios vacíos entre la arena.
Los estudiantes reían. Cuando la risa se fue apagando, el profesor dijo: Quiero que os fijéis que este bote representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que te apasionan. Son cosas que, aunque perdiéramos el resto y nada más nos quedase estas, vuestras vidas aún estarían llenas. Los perdigones son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche..... La arena es el resto de las pequeñas cosas. Si pusiéramos primero la arena en el bote, no habría espacio para los perdigones ni para las pelotas de golf. Lo mismo sucede con la vida. Si utilizáramos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, no tendríamos nunca lugar para las cosas realmente importantes. Prestad atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad. Juega con tus hijos, concédete tiempo para ti mismo, para visitar al médico, ir a cenar con tu pareja, practica tu deporte o afición favorita. Siempre habrá tiempo para limpiar la casa, o hacer reparaciones...
La primera vez que yo escuché este cuento estaba pasando por un momento muy difícil de mi vida y me ayudó mucho porque al priorizar te das cuenta que esas cosas que nublan tu día no deberían ser más que un alto en el camino.
A veces, es importante que nos paremos unos minutos a pensar qué es lo que realmente importa. Si nuestro bote ya está lleno y no caben más cosas es que no lo hemos llenado bien. Lo ponemos bocabajo y lo llenamos de nuevo.
La sociedad de hoy nos invita a diario a llenar nuestro bote de granos de arena insignificantes y a dejar atrás esas valiosas piedras que llenarían nuestro día de sonrisas y de alegría. No podemos dejar que esto ocurra.
No lo olvidéis nunca: siempre deberíamos llenar nuestro día de aquello que más importa, lo que amamos; después ya quedará sitio para aquello que tenemos que hacer…
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