lunes, 19 de abril de 2010

ROMANCE DE LA LUNA, LUNA

La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira, mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.

Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

Cómo canta la zumaya,
¡Ay, cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con un niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.


Federico García Lorca

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Bibliografía:http://http://www.cervantesvirtual.com/bib_autor/garcialorca/pcuartonivel.jsp?conten=autor

domingo, 18 de abril de 2010

EL BURRO


Un día, el burro de una campesina se cayó en un pozo; el animal lloró fuertemente, mientras la campesina trataba de averiguar que hacer.

La campesina decidió que el animal ya estaba viejo, el pozo estaba seco y necesitaba ser tapado y que realmente no valía la pena sacar al burro, entonces invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarla. Todos tomaron una pala y empezaron a tirar tierra al pozo.

El burro se dió cuenta de lo que estaba pasando y lloró desconsoladamente, luego para sorpresa de todos, se tranquilizó. Después de unas cuantas paladas de tierra la campesina finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vió: con cada palada de tierra, el burro hacía algo increíble..., se sacudía la tierra y la apisonaba debajo de sus patas y daba un paso hacia arriba. Los vecinos seguían echando tierra encima del animal, él se sacudía, apisonaba y daba un paso hacia arriba.

Pronto todo el mundo vió cómo el burro llegó hasta la boca del pozo y salió trotando....

La vida va a tirarte tierra, de todos los tipos que puedan existir. El truco para salir del pozo es sacudirse la tierra y usarla para dar un paso hacia arriba. Piensa que cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si así lo queremos. Sacudirse y dar un paso hacia arriba...

lunes, 12 de abril de 2010

Y HA DE SER CADA DÍA MÁS DIFÍCIL...

Y ha de ser cada día más difícil.
Ya no se acercará a mí desde el alba.
Su tierna adolescencia detendrían
letreros de «Prohibido», «No», «Ya es tarde».

¿De dónde llegará? Si en su figura
deslumbra el mediodía, otros amores
habrán puesto en su oído usados sueños.
Y con cierta aprensión ambos tendríamos
que perdonar minucias trascendentes.

Cubrir con alegría la tristeza
de no habernos hallado el uno al otro
en la estación de amar, cuando se es joven.
¿Y si nunca llegara yo a encontrarla?

J.M Fonollosa



Cubrir con alegría la tristeza no es fácil, pero la mayoría de las veces es lo único que podemos hacer...

SOLEDAD Y SUS ENREDOS

El día que cumplí siete años decidí que no me iba a cepillar más el pelo. En ese entonces tenía una larga melena negra que me abrazaba la cintura. Mi mamá, todas las noches antes de dormirme, se sentaba en el borde de mi cama y cepillaba mi pelo cuatrocientas cincuenta y tres veces mientras yo le hablaba de Martín, el chico que me gustaba. Nunca destaqué por mi creatividad, ni mi rapidez para resolver las cosas en el colegio, siempre todo bien, normal, en tiempo y forma, nunca nada raro, nada sobresaliente, nada especial. Y el día en que cumplí siete años me di cuenta porqué:
¡Esto de cepillarme me estaba sacando las ideas de la cabeza!
Esa noche, cuando mamá vino a peinarme cuatrocientas cincuenta y tres veces, le dije que no y le conté mi teoría.- Ay Sole, ¡Qué fantasias tienes! Vas a ver como en unos días me pides que te desenrede el pelo. Pero no fue así. Mi pelo siguió creciendo y creciendo pero jamás volví a desenredarlo. Llegó incluso a tocar el suelo.
Un día, cuando me levanté, mi pelo se había enredado en las patas de la cama, mi mamá me lo quiso cortar pero yo no la dejé. Pasé horas desatando nudo por nudo, me hice un recogido gigante y tuve que ir al cole después del mediodía. Mi pelo siguió enredándose y creciendo hasta arrastrar casi un metro por debajo de mis zapatos.
Todo iba bien hasta que un día se enganchó en la pierna de la directora y, sin darme cuenta, tiré tan fuerte que se cayó en pleno recreo. Me querían obligar a cortarme el pelo pero yo insistía que no, que desatarme los nudos podía ser, pero que el pelo no me lo cortaba.- Bueno, si lo tiene desenredado quizás podríamos hacerle una colita, o un moño, o dos trenzas. Sí, que se lo desenrede – pensaron mis papás. Seis meses estuve desatando nudito por nudito. Pasó la primavera, el verano y llegó el otoño, yo seguía desatando. Cuando desenredaba la nuca, las puntas se volvían a anudar y viceversa.Un día mis papás se cansaron y me arrastraron hasta la peluquería del barrio. Oscar estuvo cuatro horas cortando aquí y allá; casi me deja pelada como mi tío Carlos. Lloré tanto esa noche, mi pelo, mi hermoso y salvaje pelo ya no estaba conmigo. Ahora apenas tenía cinco o seis fideitos que poco me recordaban a mí. Toda la confianza, toda la aventura, toda mi alegría había ido a parar al suelo de una peluquería.
Me fui a dormir entre lágrimas hasta las ocho de la mañana, que me despertó mi madre:- Soledad, venga que llegas tarde al colegio, ven a desayunar. No quería ir de ningún modo ¡Qué espanto cuando todos mis compañeritos me vieran con este ridículo peinado! Listo, decidido, iba a usar gorro el resto de mi vida. Pero cuando quise levantarme para agarrar mi gorrito de lana azul, no pude, ¿Sabeís por qué?
Porque mi pelo largo y salvaje estaba enredado en las patas de mi cama…




Florencia Domato



Vive como quieras, corre en los pasillos más estrechos, grita en las calles más concurridas, llora cuando no sepas qué hacer, salta sin motivo, escribe lo que te apetezca, canta justo al despertar, cierra los ojos, sueña, ríete a carcajadas, déjate el pelo largo o córtatelo, pero nunca dejes de ser tú ...

domingo, 11 de abril de 2010

LA HISTORIA DE LOS ERIZOS


Érase una vez un erizo pequeñito que fue de vacaciones con su familia a la playa. Era agosto y hacía mucho mucho calor. Todos juntos se bañaron en el mar, chapotearon, jugaron a la pelota y se divirtieron mucho.

Poco a poco fueron pasando las vacaciones y los erizos volvieron a casa. En unas pocas semanas empezó a hacer frío y lo erizos pasaban los días metidos en sus casas, acostados con sus mantas y tiritando.

¡Es muy complicado dormir con tanto frío!-dijo uno de ellos- ¿Por qué no dormimos todos juntitos y acurrucados?-siguió. A todos les pareció muy buena idea y todos los erizos pequeñines durmieron en un mismo sitio pegado los unos a los otros.

-¡Uy, ay! Pero… ¡Ay! Por favor… Ten cuidado… Era imposible dormir así. Los pequeños erizos se clavaban sus púas y casi era preferible pasar frío.
-¿Qué podemos hacer?- dijo uno de ellos-.Podemos preguntarle a los mayores que seguro que saben la respuesta.

Eso hicieron. Todos y cada uno de ellos, en fila india, fueron muy despacito casi sin hacer ruido a casa del erizo más mayor de todos, el gran sabio. Le preguntaron que qué es lo que ocurría. El abuelo sabio echó una gran risotada y les dijo:

- Mis pequeños e inocentes críos. Si os pincháis con vuestras púas es porque aún no habéis aprendido a reconocer que las tenéis y a controlarlas. Para que esas púas no hagan daño a los demás debéis reconocer a cada una de ellas, enseñárselas a los demás y pensar con toda la fuerza que podáis que no vais a volver a pinchar a nadie.

Dicho esto, los erizos fueron contentos a sus casas y a partir de este día nunca más volvieron a pasar frío pues reconocieron sus púas y nunca más se pincharon.

Ve hacia el espejo más cercano y mírate en él. ¿Qué ves? Todos somos erizos por la condición de ser humanos, así que, ¿ves tus púas?, ¿las reconoces?

Dicen que un primer paso es el de reconocer... Reconoce que eres ser humano, ser imperfecto, ser que comete errores, ser con púas...

Ahora mira a tu alrededor. ¿Ves las púas de los demás?

Una rosa tiene espinas; sólo hay que saber tratar con ella para no pincharte, pues ella, no desea hacerlo...

Tú tienes púas. Conviértete en rosa. No luches por la perfección, pero sí por saber convivir junto a la imperfección...

Pues no hay mayor virtud que la del perdón y ser perdonados... No hay mayor virtud que la de saber convivir con los defectos de los demás y los nuestros...

Aguilucho.

EL BUSCADOR

Un buscador es alguien que busca, no necesariamente que encuentra. Tampoco es alguien que, necesariamente, sabe lo que está buscando, es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda.

Un día, el buscador sintió que debía ir a la ciudad de Kammir. Él había aprendido a hacer caso riguroso a estas sensaciones que venían de un lugar desconocido de si mismo, así que dejó todo y partió.

Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos divisó, a lo lejos, Kammir. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha le llamó mucho la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadoras; la rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada..., una portezuela de bronce lo invitaba a entrar.

De pronto, sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos se posaran como mariposas en cada detalle de este paraíso multicolor.

Sus ojos eran los de un buscador, y quizás por eso descubrió, sobre unas de las piedras, aquella inscripción..: Abdul Target, vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días.

Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra, era una lápida.
Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar. Mirando a su alrededor el hombre se dio cuenta que la piedra de al lado también tenía una inscripción se acercó a leerla, decía: Yamir Kalib, vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas, el buscador se sintió terriblemente conmocionado.

Este hermoso lugar era un cementerio y cada piedra, una tumba. Una por una, empezó a leer las piedras.

Todas tenían inscripciones similares: un nombre y el tiempo exacto del muerto. Pero lo que lo conectó con el espanto, fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los 11 años. Embargado por un dolor terrible se sentó y se puso a llorar.

El cuidador del cementerio, pasaba por ahí y se acercó. Lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar.
No, ningún familiar -dijo el buscador- ¿qué pasa con este pueblo?, ¿qué cosa tan terrible hay en esta ciudad?, ¿por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar?, ¿cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que los ha obligado a construir un cementerio de chicos.

El anciano se sonrió y le dijo: -Puede usted serenarse, no hay terrible maldición. Lo que pasa que tenemos una vieja costumbre, le contaré. Cuando un joven cumple 15 años, sus padres le regalan una libreta, como esta que tengo aquí, colgando del cuello. Y es tradición entre nosotros que a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abre la libreta y anota en ella, a la izquierda, que fue lo disfrutado a la derecha, cuanto tiempo duró el gozo, conoció a su novia, y se enamoró de ella ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla?, una semana, ¿dos?, ¿tres semanas y media?

Y después... La emoción del primer beso, el placer maravilloso del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿el minuto y medio del beso?, ¿dos días?, ¿una semana?... ¿Y el embarazo o el nacimiento del primer hijo?, ¿y el casamiento de los amigos?, ¿y el viaje más deseado?, ¿y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano?, ¿cuánto tiempo duró el disfrutar estas situaciones?

Así vamos anotando cada momento que disfrutamos, cada momento. Cuando alguien se muere, es nuestra costumbre abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado para escribirlo sobre su tumba, porque ese es para nosotros el único y verdadero tiempo vivido.

Jorge Bucay.

Dejar pasar el tiempo o disfrutarlo; quedarse quieto o arriesgar; vivir o morir...

Escucho al mar susurrarme mientras siento la arena entre mis pies durante aquel bello atardecer en esa playa tan maravillosa que tanto me incita a pensar...

Mi primer día en el cole, mi primer partido de baloncesto, mi primera equipación, mi primera redacción, mi primer amor, mi primera mascota...
Nuestro primer beso, nuestra primera mirada, nuestras primeras palabras, nuestra primera conversación, nuestras primeras risas...

Aquellos momentos en los que cada minuto fue oro; aquellos momentos en los que arriesgué contigo y sin ti; aquellos momentos en los que decidí vivir y no morir...

El parámetro que mide la vida lo tienes tú, en tus manos: la vida no se mide con el tiempo, sino con la felicidad. Búscala.

Y ahora piensa como yo, en aquellos momentos realmente vividos pues fuiste realmente feliz...

"Cuando naciste, tú llorabas y todos sonreían; vive la vida de manera que, cuando mueras, todos lloren y tú sonrías..."

Aguilucho.


NO CULPES A NADIE

Nunca te quejes de nadie, ni de nada,
porque fundamentalmente
tú has hecho lo que querías en tu vida.

Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo
y el valor de empezar corrigiéndote.
El triunfo del verdadero hombre
surge de las cenizas de su error.

Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte,
enfréntala con valor y acéptala.

De una manera u otra es el resultado de tus actos
y prueba que tú siempre has de ganar.

No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otro,
acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño.

Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar
y que ninguno es tan terrible para claudicar.

No olvides que la causa de tu presente es tu pasado así como
la causa de tu futuro será tu presente.

Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones,
de quien vivirá a pesar de todo, piensa menos en tus problemas
y más en tu trabajo y tus problemas sin eliminarlos morirán.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande
de los obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo
y serás libre y fuerte y dejarás de ser un títere de las circunstancias
porque tú mismo eres tu destino.

Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de tu vida, ahora despiértate,
lucha, camina, decídete y triunfarás en la vida;
nunca pienses en la suerte, porque la suerte es:
el pretexto de los fracasados.

Pablo Neruda.

¿Quién si no tú?

Leer, respirar y pensar... No hay más que hacer con estas palabras... ¿No?

Tú mandas, tú obedeces, tú vives, tú mueres... Tú eres quien colorea tu vida, a pesar de que el destino dibuje trazos no deseados... Tú tienes el corrector que hace invisible aquello que tus ojos no quieren ver.

Lo hecho, hecho está. No te arrepientas nunca de lo hecho, arrepiéntete sólo de lo no hecho. Si un día elegiste hacer algo, con gusto sería. No hagas de un pasado vivido un presente no querido. No hagas que este presente se repita una y otra vez en un futuro...

No eres ningún títere; y si lo eres, tú eres quien elige quien mueve tus cuerdas... Así que, ¿quién mejor que tú?
Y es que, al final, aunque te dejes llevar por otros en la vida, tú fuiste quien lo permitiste; por lo que, no culpes a nadie y coge tus cuerdas con fuerzas y decisión.

No culpes a nadie... Pues si una libertad real tiene el ser humano, es la de ser dueño de su propia y única vida..., pues la vida es tu presente...

Y ese presente es tu regalo... ¡Ábrelo! Y ya sabes "a caballo regalado, no se le mira el diente..."

Aguilucho.